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Mojácar fue el primer pueblo de costa que visitamos en Almería. Habíamos oído hablar muy bien de él, así que nos dispusimos a recorrerlo de arriba a abajo. Mojácar desde lejos impresiona: blanco y encaramado en lo alto de un monte. De cerca, es pequeño así que te bastará media mañana o media tarde para visitar sus principales puntos de interés.
A los pies de Mojácar pueblo, hay un amplio parking gratuito con bastantes plazas niveladas y baños públicos. Son plazas para coches o furgonetas no muy grandes, hasta 5.5 metros.
Si viajas en furgoneta camper gran volumen (o en autocaravana), puedes aparcar también en un segundo parking un poco más alejado del primero, donde suelen estacionarse los autobuses. Se trata de una gran explanada de tierra, a solo 5 minutos a pie del centro.
Una vez aparcados, nos detenemos unos segundos frente a una rotonda donde se puede ver una estatua de la Mojaquera del campo. Se trata de una escultura de bronce que muestra a la Mojaquera quitándose el calzado. Según cuenta un cartel, rinde homenaje a las mujeres que antiguamente acostumbraban a cambiarse de calzado cuando entraban o salían del pueblo.
Continuamos subiendo por una calle en pendiente (la avenida París) hasta llegar al centro del pueblo. Mojácar ha habilitado además un ascensor que comunica el parking que está en la zona baja del pueblo, con el casco histórico en la zona alta. Una buena idea para facilitar el acceso a todos aquellos con dificultades de movilidad o para todo aquel que quiera usarlo, ya que te sube directamente hasta el centro sin ningún esfuerzo.
Nosotros subimos a pie hasta encontrarnos con la cueva de Mariquita la Posá. Junto a ella, un cartel nos cuenta su leyenda:
LA LEYENDA DE MARIQUITA LA POSÁ: Una epidemia de peste asolaba el pueblo de Mojácar, cuando la joven María, se casó (se desposó) con un viejo alquimista que vivía en la cueva. A cambio, el hechicero encontraría un remedio para salvar al pueblo de la epidemia. Tras la boda, el viejo tardaba en cumplir su promesa para retener a María junto a él quien, cansada del engaño, acabó robándole el tarro del encantamiento y arrojándolo sobre el pueblo para librarlos de la peste. En el proceso, un poco de líquido encantado le calló en la mano haciéndole un agujero y condenándola para siempre a vivir en la cueva con el viejo.
Seguimos subiendo hasta llegar a la Plaza Nueva. Desde ella podemos ver los distintos establecimientos que rodean la plaza: tiendas y restaurantes que dan a un mirador.
Callejeamos hasta la Iglesia de Santa María. Construida en el año 1560 sobre una antigua mezquita árabe. Decora su interior la pintura de un cristo realizada por un pintor alemán que vivió en Mojácar.
Frente a la iglesia, nos encontramos ante una escultura construida en mármol. Se trata de nuevo de la mujer Mojaquera, en este caso con un cántaro sobre la cabeza. Con esta escultura, Mojácar homenajea a la mujer trabajadora de Mojácar, que se encargaba de abastecer al pueblo de agua y que fue de vital importancia en tiempos de guerras y sequías.
Rodeamos la iglesia para pasar por la Plaza del Parterre, llena de arcos que le dan cierto encanto. Debido a restos encontrados en la zona, se cree que era un antiguo cementerio árabe.
Pasamos también por la Plaza del Ayuntamiento, frente a la que descansa un inmenso ficus centenario traído de las Américas.
Callejeamos hasta la llamada Puerta de la ciudad y nos perdemos por calles con encanto como estas:
Si te interesa la historia y cultura del pueblo de Mojácar, puedes visitar la Casa de la Canana. Se trata de una casa-museo que alberga una exposición histórica con más de 200m2 donde contemplar objetos del siglo XX.
Al final del pueblo, se encuentra la Fuente de la Mora, con sus 12 caños.
Volvemos sobre nuestros pasos para seguir callejeando por el pueblo sin prisa hasta llegar de nuevo al aparcamiento, desde donde tomaríamos rumbo a las playas de Mojácar.
Mojácar cuenta con 17 kilómetros de costa. Aún no estamos dentro del Parque Natural del Cabo de Gata, aunque ya existen restricciones a la pernocta e incluso al estacionamiento de vehículos vivienda en la zona.
Para limitarnos, el ayuntamiento ha instalado unas señales que prohíben el estacionamiento de vehículos de más de 5 metros en toda la línea costera, incluso en temporada baja. Eso quiere decir, que si tienes una furgoneta pequeña o un coche, puedes aparcar y pernoctar allí sin problemas, pero sino... ¿En serio Mojácar? Decir además que los carteles de prohibido estaban medio caídos y apenas se veían. Nos enteramos de casualidad.
Aunque nosotros somos pequeños, para evitar problemas, pernoctamos en un parking que se encuentra justo frente a la Playa de las Ventanicas. Se trata de un parking asfaltado sobre el nivel del mar, sin señales de prohibición por lo que parece ser un lugar seguro y legal donde estacionarse e incluso pernoctar al no encontrarse en línea de costa como tal.
Las vistas merecían muchísimo la pena y al estar en temporada baja, nos pareció un lugar la mar de tranquilo (nunca mejor dicho) desde el que teletrabajar un par de días cerca del mar.
Tanto en el pueblo de Mojácar como en el paseo marítimo, nos encontramos con un símbolo que nos llamó la atención y que está presente por todo el municipio: en el adoquinado del suelo, en las tiendas de souvenirs, en las vallas y miradores...
Se trata del Índalo, al que se conoce también como "Muñeco Mojaquero".
El símbolo fue encontrado en forma de pinturas rupestres por un arqueólogo en una cueva de Vélez-Blanco. Hay quién dice que es un cazador con su arco y quién habla de ídolo o dios con un escudo protector. Por eso se dice que el Índalo protege a las personas y los lugares donde se encuentra.
casualidades de la vida, el día que visitamos Mojácar, se celebraba en el pueblo una fiesta en honor a Walt Disney. La gente del pueblo iba disfrazada de Goofy, Pato Donald... y había castillos hinchables, música, pasacalles... y un montón de niños disfrutando de la fiesta.
Preguntamos a unos vecinos y nos contaron que la fiesta estaba organizada por la asociación cultural "Walt was here" que reivindica el posible nacimiento en Mojácar del mísmisimo Walt Disney, sí.
No está aún 100% probado que esto sea así, pero es cierto que existen documentos que prueban que alguna relación entre ambos existe... Al parecer incluso el propio Walt Disney (adoptado en EEUU) viajó en alguna ocasión a Mojácar en busca de sus orígenes.
Cierto o no, nos pareció una curiosidad digna de mencionar.
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Desde Mojácar nos fuimos a visitar Níjar y desde aquí, continuamos haciendo una ruta en furgoneta por el Parque Natural del Cabo de Gata. ¡Precioso! Lo recorrimos de punta a punta y (como no podía ser de otra manera), nos enamoró.
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