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¿Qué harías si un completo desconocido se metiera en tu casa sin ser invitado y no fuera posible echarle ni con agua caliente? ¿Tipo raro, psicópata o simplemente, mal entendido?
Era una tarde cualquiera en nuestras vidas nómadas. Una tarde de invierno más bien aburrida, la verdad. Estábamos de de paso por Madrid. Metidos dentro de nuestra furgoneta camper, trabajando como todas las tardes, cuando de repente... alguien llamó a nuestra puerta.
Alex fue a asomarse por la parte de la cabina de la furgo, y vio a un tipo alto, más o menos de nuestra edad, que esperaba con algo de vergüenza al otro lado de la ventanilla.
Saltó hacia la cabina y puso la llave en el contacto para bajar la ventanilla del acompañante.
Nada más bajarla, el chico arrancó a hablar como un torbellino:
Había pasado hacía un par de horas por allí, y no había podido evitar fijarse en el rótulo de nuestra furgoneta, en el que se ve un mapa en grande y nuestra página web. Este rótulo de la foto, por si aún no conoces nuestra furgo.
Así que al llegar a casa, se había puesto a buscarnos y a ver nuestros videos de Youtube. Y un rato después, se había dicho a sí mismo: "¿Por qué no? Voy a acercarme allí de nuevo y les invito a unas cañas".
Hasta ahí todo normal: un chico majo al que le gustaban los viajes y le apetecía pasar el rato con otros locos de los viajes como él. Perfecto.
Nos hizo la propuesta, y la verdad es que la hubiéramos aceptado encantados, si no fuera porque nos había pillado teletrabajando. Porque aunque vivimos viajando, no somos ricos y tenemos que parar a trabajar todos los días. La comida y el gasoil no se pagan solos...
Se lo dijimos amablemente, pero el chico no pareció entenderlo y siguió hablando.
- De verdad, nos encantaría, pero es que nos pillas trabajando, de verdad... Quizá más tarde o en otro momento.
Y de repente... tiró de la manecilla de la puerta. Y resultó que estaba abierta. ¿Por qué coj*nes estaba abierta?
Aunque solemos tener cerrado delante cuando estamos dentro trabajando, me acordé de que antes de ponerme a trabajar, había salido a tirar unos plásticos al contenedor amarillo que estaba muy cerca, y al parecer, se me había olvidado cerrar de nuevo.
El caso es que abrió la puerta, y en cuestión de segundos: se subió a la furgo, se sentó en el asiento del acompañante, y volvió a cerrar la puerta con firmeza. ¡Como si estuviera en su casa!
Alex y yo nos miramos. Nuestras caras eran un poema. ¿Qué hacíamos ahora?
Noté que Alex se había puesto tenso al segundo y estaba en estado de alerta, porque el tipo no dejaba de ser un desconocido que se había metido en nuestra casa, y al que nadie había invitado a entrar...
Como ya le conozco y le estaba notando ese instinto de protección, antes de que le soltara una bordería (o le metiera un bofetón y le sacara de allí a ostias), intervine en tono amable. Porque pensé que seguramente solo era un chico con pocas habilidades sociales que, simplemente, quería hacer amigos:
- Se agradece mucho la invitación, pero es que de verdad, estamos trabajando. Mejor en otro momento.
Ya iban tres veces de decir que no. Creo que son suficientes, ¿no? Pero había comenzado a chispear así que el chico miró hacia afuera y su respuesta ya nos dejó totalmente locos:
- Ahora cuando deje de llover, me voy.
Y sin dejarnos siquiera un segundo para abrir la boca, comenzó a encadenar una palabra tras otra para contarnos toooodos los sitios a los que había viajado. Y para enseñarnos su Instagram de viajes (porque él también tenía uno) y porque BLABLABLA, BLABLABLA, BLABLABLA. Mogollón de cosas que nos contó en apenas unos minutos.
Alex le miraba todo el rato en silencio, con cara de mala ostia que no se esforzaba ni pizca en disimular y sin bajar la guardia ni un momento. Y yo (que llevaba todo ese rato en la parte de atrás de la furgo, asomada tras la cortina) intentaba intervenir en la conversación, preguntar y ser amable, porque cada vez más estaba convencida de que el chico solo quería hablar y contarle a alguien su vida. A alguien que viajara, y le entendiera. Y porque quería evitar a toda costa la ostia que Alex estaba deseando soltarle. Por eso también.
Así que tras una media hora de escuchar su "Mirad que guay todo lo que he viajado", parece que dejó de llover. Y a Alex le faltó tiempo:
- Mira, ya ha dejado de llover. Ya te puedes ir.
¡A tu p*ta casa!, le faltó añadir.
Y ahí sí, el invitado, se bajó de nuestra furgo. Nuestra casa. La tensión se palpaba en el ambiente. Le despedimos amablemente y cerramos la furgo: esta vez con llave. Al segundo. No fuera a ser que se volviera a subir sin avisar.
Y ya pasamos lo que quedaba de tarde intentando trabajar, cotilleando su Instagram para ver si encontrábamos algún rastro de personalidad del tipo "asesino de viajeros", y por supuesto, comentando la situación con un par de amigos por si el tipo volvía a aparecer.
Querido invitado: Si aún nos sigues, nos estás leyendo y te reconoces en esta historia... espero que te hayas reído y que por favor, ¡no te ofendas! Seguro que si te conociéramos más, nos parecerías un tío de p*ta madre, y quizá tú lo viviste de una forma diferente a la nuestra. Tranquilo, que nunca revelaremos tu identidad públicamente, pero... entiende que en ese momento, nos resultó una situación de lo más peculiar.
¡No te conocíamos de nada! Y para serte sinceros: ni siquiera recordamos tu nombre, pero, ¿acaso importa? Te llames como te llames, para nosotros eres y serás siempre: "EL INVITADO" :D
CUÉNTANOS: ¿Te parece o no una situación surrealista? ¿Has tenido alguna experiencia parecida en tu casa, con o sin ruedas? ¿Qué hubieras hecho en nuestra situación? ¿Eres del equipo "Alex mano suelta" o de mi equipo? Nos encantaría leerte en la cajita de abajo de comentarios.
¡Gracias como siempre si has leído hasta el final! :)
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Comentarios
Madre mía chicos! Qué mal…
Madre mía chicos! Qué mal rollo todo. Creo que salvasteis la situación muy bien. Yo también soy del equipo de más vale dialogar aunque me he reído muchísimo con la parte de Ya dejado de llover, ya te puedes ir 😂😂😂😂 Seguid así. Me encantan vuestras historias
Jejeje, gracias Lola! Nos lo…
En respuesta a Madre mía chicos! Qué mal… por Lola (no verificado)
Jejeje, gracias Lola! Nos lo intentamos tomar con humor, aunque en ese momento estábamos súper tensos, la verdad. Muchas gracias por tu comentario :)
La verdad que seguro era un…
La verdad que seguro era un buen tío, pero tendría que sido más cauto a la hora de entrar en el vehículo que pasa vosotros es vuestra casa, refugio, intimidad... habiendo dicho que estabais trabajando y cada uno tiene que cumplir con obligaciones y horarios.
Hasta la próxima aventura
Gracias Pablo! Sí, yo…
En respuesta a La verdad que seguro era un… por Pablo (no verificado)
Gracias Pablo! Sí, yo también creo que era un buen tío, quizá con pocas habilidades sociales. Seguramente ni fue consciente de lo que estaba pasando por nuestras cabezas y de que se estaba metiendo en una casa ajena, que aunque tenga ruedas, para nosotros es nuestra casa. Ah, y muchas gracias por tomarte un momento para dejar un comentario! Se agradece muchísimo!
¡Comentar es gratis! ;) Y siempre se agradece...