
Este pequeño pueblo francés lleno de encanto, fue uno de nuestros grandes descubrimientos en el país. Escondido entre bosques en la región de la Occitania francesa, al pie de la Montaña Negra y sin mucha fama que sepamos, Durfort no aparece en ninguna lista de pueblos más bonitos de Francia, así que es muy probable que no lo conozcas. Para nosotros, ¡se merece un puesto en estas listas! Y además, no está demasiado lejos de Carcassone ;)

Nos encantó: muchísimo. Quizá porque no nos lo esperábamos. Quizá porque no es tan turístico como otras opciones y eso le aporta un extra. Quizá porque cuidan y valoran el turismo sobre ruedas y se nota en que a la entrada del pueblo han habilitado un área gratuita para autocaravanas que roza la perfección, con espacio de sobra para todos, sombra, merenderos, baños públicos limpios y en buen estado, buena cobertura 4G para trabajar y en un entorno privilegiado. Y además, lleno de preciosos gatos sanos y felices.

Aparte de todo lo anterior, nos encantó, porque es encantador. Está lleno de figuras de cobre, flores, grafittis y lugares bonitos que da gusto contemplar.

No menos importante es su historia: Durfort alberga una comunidad de artesanos del cobre, que se han dedicado al oficio generación tras generación desde hace siglos. El pequeño pueblo, de menos de 300 habitantes, está repleto de muestras del arte generado en sus estrechas calles: monumentos de cobre, cuadros y tapices en las fachadas del pueblo que ilustran su historia e incluso un museo dedicado al tema: "El Museo del Cobre" que se puede visitar por solo 3€.


Los artistas y artesanos del pueblo se han esmerado en que la experiencia sea perfecta. El pueblo cuenta con restaurantes, punto gratuito de intercambio de libros, pequeños comercios y galerías de artistas, una máquina de autoventa de pan artesano... ¡y juegos! Sí, en Durfort han pensado tanto en niños como en adultos y en la plaza central encontrarás una caja donde puedes coger un folleto con un juego de pistas, para que recorrer y conocer el pueblo sea aún más ameno.

Otro juego que nos encantó fue el de buscar a Hulk. Advertimos de que viene spoiler... Si prefieres descubrirlo por tí mismo, deja de leer.
Tras encontrarnos varios carteles de "se busca" con su foto, nos picó la curiosidad y nos recorrimos el pueblo entero en busca del personaje, que sabíamos, no nos iba a defraudar. ¡Y lo encontramos! Sí, haciendo pis en un callejón, jajaja. Junto a él, un cartel explicativo de lo que el pis tiene que ver con la historia de Durfort. Desde luego, en Durfort aparte de arte, tienen sentido del humor. Otro punto a favor de esta pequeña comuna francesa.

También encontrarás sus fachadas, puertas y ventanas repletas de coloridos grafittis con animales del bosque, que le dan un toque muy chulo. Por eso, Durfort también es un buen lugar en Francia para visitar con niños. Seguro que les encanta.

Por último, para los amantes de los deportes y la aventura, desde Durfort sale una vía ferrata, la vía ferrata de Malamort con diferentes niveles de dificultad.

¿Qué más razones necesitas para visitarlo?
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Y ya que estás por la zona, no te olvides de pasar también por Montolieu, el pueblo de los libros y las artes, a tan solo media hora y que tampoco te defraudará. Está lleno de librerías cuyas fachadas parecen sacadas de una película.

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