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¿Cuántos despistados en la sala? Si eres de los despistados como nosotros y además vives o viajas en una furgoneta camper o autocaravana... ¡seguro que algo de esto ya te ha pasado!

Te vamos a resumir los despistes furgoneteros más habituales que a nosotros nos ocurren "con relativa frecuencia" (y a muchos otros viajeros con los que hemos hablado). Algunos son despistes tontos sin más relevancia, pero otros pueden suponerte un gran problema... ¡Empezamos!

1. Las zapatillas voladoras

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Anécdota despistes furgoneteros: las zapatillas voladoras
Anécdota despistes furgoneteros: las zapatillas voladoras. Foto de @vivirnoescaro

¡Súper común entre los que viajamos sobre ruedas!

Vuelves de un bañito en el río o de darte una ducha en el exterior en verano, y dejas las zapatillas de agua en el techo de la furgoneta para que se sequen con el sol. Hasta ahí todo normal.

A la tarde, decides moverte y arrancas la furgo o autocaravana para conducir. Y cuando llegas a tu destino... ¡Ops! Te das cuenta de que hay una zapatilla en el techo pero, ¿y la otra? La otra ha decidido surcar los aires y salir volando en medio de la carretera.

Así que vuelves atrás con la esperanza de encontrarla en alguna cuneta.

Decir que a nosotros solo nos ha pasado una vez: se nos fugaron 2 zapatillas (una de Alex y una mía), y las encontramos a la hora a un lado de un camino, sin mayores dramas.

La verdad es que ver las zapatillas sobresaliendo de un seto en mitad de un camino, fue un momento súper gracioso que aún nos reímos al recordar :D

2. Poniéndoselo fácil a los amigos de lo ajeno

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Llaves en el contacto del coche
Llaves en el contacto del coche. Foto de @Pixabay

Despiste de los graves. Alex y yo tenemos una costumbre cuando llegamos a un sitio bonito en el que pretendemos pernoctar.

Si ya es tarde cuando llegamos, hace frío fuera pero las vistas desde la luna delantera son bonitas, en lugar de salir, paramos el motor y nos quedamos un rato largo sentados delante hablando y mirando el paisaje.

A la media hora (o más), decidimos saltar a la parte de atrás de la furgo, pero claro, al haber pasado un rato largo, se nos olvida quitar las llaves del contacto.

Así que cenamos, nos relajamos... y nos vamos a dormir.

A la mañana siguiente, nos damos cuenta de que las llaves se han quedado puestas en el contacto toda la noche. Ahí, tentando a los amigos de lo ajeno a rompernos una ventana y llevarse nuestra furgo... (con nosotros dentro, eso sí).

3. Un despiste de mierda

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Cagar en pareja en una furgoneta camper
Anécdota de mierda. Foto de @Pixabay

No es ningún secreto que "cagamos en un cubo". Para los más finos: que usamos un baño seco en nuestra furgoneta camper. Y aunque lo cierto es que solemos deshacernos del "regalo" casi de forma inmediata, no siempre es posible.

También en más de una ocasión, tras hacer nuestras cosas, alguien nos ha dado conversación fuera y nos hemos entretenido más de la cuenta... tanto como para olvidarnos de que había algo que teníamos que tirar.

Así que nos metemos de nuevo en la furgo hasta que se hace de noche y nos vamos a dormir. Plácidamente porque el cubo que usamos es hermético, y con la arena de gato, no huele.

Hasta que llega el día siguiente, y tras el café mañanero... ¡Ops! ¡Urgencia! Y al abrir el cubo... ¡sorpresa! El regalo que debería estar en un contenedor, sigue ahí. Menudo marrón (nunca mejor dicho).

Así que toca buscar un lugar apropiado si no hay uno cerca, aguantar... o abonar sobre lo ya abonado. Un despiste nada agradable, pero real como la vida misma.

Si te ha parecido una anécdota de mierda... ¡es porque lo es! Y preferimos contar las cosas como son, que dedicarnos al postureo, la verdad.

4. Y se hizo el desastre...

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VanTour de una furgoneta camper con muebles de IKEA
Nuestra furgoneta camper... cuando está recogida y ordenada. Foto de @vivirnoescaro

Cuando vives o viajas en movimiento, ordenar pasa a ser algo que haces a diario. No porque te apetezca, sino porque en conducción todo tiene que quedar bien guardado y sujeto para que no salga por los aires mientras coges una cuesta o una curva en carretera.

Pero de la teoría a la práctica... La verdad es que después de más de 2 años viviendo en nuestra furgoneta a tiempo completo, yo ya ordeno por inercia. Tanto que a veces no soy 100% consciente de si he cerrado todos los cajones, o de si he cerrado la claraboya, bloqueado la nevera o guardado todos, todos, todos los tarros.

Alguna vez (más de una y más de dos), se nos ha olvidado guardar algo y... ¡oh, oh! Se lía parda.

Despiste furgonetero que puede acabar en un cajón dando golpes al abrirse y cerrarse en cada bache, en un tupper de lentejas esparcido por toda la furgo o peor aún: en una claraboya reventada contra un puente con límite de altura si te olvidas de cerrarla.

Nosotros hemos llegado a cruzar una frontera con ella abierta de par en par. ¡Ops! Un despiste que puede salirte muy caro.

¡Ahora te toca a ti! ¿Cuántos te han pasado? ¿Algún otro despiste que nos quieras contar para que nos riamos un rato? XD Puedes dejarnos un comentario en la cajita de abajo.

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